La primera vez que Aston Martín utilizó el apellido DBS, fue cuando a finales de los años sesentas optó por sustituir su modelo insignia, el Aston Martin DB6 Vantage, y se alejó un tanto de los modelos elegantes para dar paso a una visión más futurista y explosiva para la marca.

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Ahora la marca vuelve a exponer la determinación DBS con el Aston Martin DBS Superleggera Volante,  que rinde  homenaje a Carrozzeria Touring Superleggera, un milanés carrocero, que tomó fama tras realizar diseños espectaculares de construcción de la visión futurista del Superleggera.

Para este 2020 los ingleses han decido que es momento de auto desafiarse de nuevo y ponen a disposición esta versión convertible del DBS “Súper ligero volador”, que superpone una segunda generación, todo tras que en 2009 hayan presentado la primera durante el Auto Show de Ginebra de ese año.

La nueva generación de Aston Martin fue presentada hace un año y trae como insignia el convertible más velos en su historia.

¿Qué hay debajo del capó?

Un V12 5.2 fabricado de manera artesanal por la división de alto desempeño de Mercedes Benz AMG.

Al poderoso corazón que manda la potencia a la tracción trasera y al diferencial electrónico controlado por un eje de cardán en fibra de carbono, le agregaron una biturbo compresión para producir un agresivo 715 HP a 6,500 rpm. Con un torque de 665 libras pie de par motor. (He visto tu sonrisa)

La caja de cambios es una automática ZF, con 8 relaciones para lograr cambios más suaves, rápidos y es capaz de ser manipulada de manera manual por las paletas detrás del volante, que por cierto son de fibra de carbono.

Capaz de lograr un 0 a 60 millas en tan solo 3.5 segundos, eso es rápido ¿no crees? Además de una velocidad máxima de 340 kilómetros por hora (alrededor de 211 mph), aunque seguramente otorga más.

Se encuentra montado sobre la plataforma DB11 fabricada por la misma marca, el DBS Superleggera Volante tiene 4.7 metros de largo y una distancia entre ejes de 2.8 metros aproximados, cuenta con un sistema de frenado carbono-cerámico.

Su distancia respecto al piso es una mínima de 9 centímetros, por lo que si lo manejaras en la CDMX deberías de andar despacito, y enfrentar los baches de ladito y muy suavecito, ya que el dañar el spoiler delantero, así como alguna de sus piezas, desde luego que afecta el desempeño  de la nave y su valor en reparaciones.

Por su lado estético tenemos un capó tipo almeja de apertura invertida, con líneas aerodinámicas que renuncian a la musculatura y proponen atletismo ligero, como si se tratara de un corredor de velocidad, fuerte, atlético, pero liviano.

Los extractores de aire ubicados de manera distinta al coupé, se conjugaron en la armonía identitaria de la parrilla Aston Martin en estructura multi-dimensional.

Unos faros discretos, pero elegantes de tipo joya concluyen la idea frontal.

Hacia los costados del DBS luce un cuatro de Pirelli P-Zero con rines en aleación de aluminio a 10 brazos dobles, los guardabarros con un diseño bastante estilizado se conjugaron con las rejillas de ventilación delanteras para formar una “Q” invertida bastante divertida, que te recuerda que esta nave es para correr, para presumir, para sonreír.

Por la parte trasera ancha elegante, dinámica y unifica las calaveras que son muy espigadas  y recorren también el porta equipaje en una línea que luce moderna, sobre todo al exponer la tipografía Aston Martin.

Un difusor de aire negro, al igual que la fascia que ubica las dos salidas de gases dobles para dar un guiño de lo que puedes esperar en desempeño y furia.

Su costo arranca en los $335,000 dólares y se detiene cuando la división “Q” encargada de la personalización de los vehículos de la marca y el comprador queden satisfechos.

Por: Ray Espinosa.